
Desde siempre creyó que el tango no es una mera expresión local, a diferencia de otras músicas de naturaleza más folklórica. Gestado en el Río de la Plata e impregnado de los elementos musicales de la Europa central, se convierte en una expresión capaz de representar el sentimiento de los habitantes de cualquier centro urbano. En otras palabras, no es únicamente la música de la ciudad de Buenos Aires, sino música de las ciudades del mundo.
Su actividad abarca la composición de obras desde populares hasta sinfónicas, a través de distintas agrupaciones instrumentales, sin olvidar su condición de intérprete colmada de profunda musicalidad y su intensa actividad pedagógica que desarrolla tanto en talleres como en sus publicaciones específicas del bandoneón, la composición y la orquestación del tango.
Todo esto, hace de Rodolfo Mederos, un referente y un músico imprescindible.
“En tren de aventurar las causas de la magia del bandoneón, Rodolfo Mederos prueba con la hipótesis de que es el único instrumento que se mueve cuando suena. O con la incontrastable verdad de que está lleno de aire y el aire, ya se sabe, es lo más parecido al alma. Sin embargo, algo debe tener que ver con ese sortilegio quién es el que lo toca. Y Mederos, más allá del misterio de esa caja absurda que se infla y desinfla, llena de botones que no respetan escala ni ordenamiento alguno, es un intérprete con magia.” Diego Fischerman – diario PáGINA/12 – Buenos Aires, Argentina